DIA 0: TRES AÑOS VIVIENDO Y CONVIVIENDO EN SOACHA

Estándar

El pasado 8 de noviembre cumplimos tres años de estar viviendo en Soacha. Una vez renunciamos a nuestros empleos para dedicarnos a construir nuestro proyecto de vida compartido, lo siguiente era apretarnos el cinturón para no tener que volver al sistema. Y así lo hicimos.

Para evitar pagar arriendo en Bogotá y vernos obligados a buscar un empleo que nos alejara de nuestro objetivo, optamos por vivir en la casa que con tanto esfuerzo habían construido doña Imelda y don Silvino. Una cómoda vivienda que aunque lejos de la ciudad, nos brindaba la tranquilidad necesaria para dedicarnos a pensar y construir lo que en ese momento todavía no teníamos muy claro.

Tres años después me pregunto: ¿cumplimos el objetivo?

Si. Vinimos a diseñar un modelo de trabajo, una forma de “ganarnos la vida” en la periferia del sistema, y no solamente lo hemos logrado, si no que resultamos encontrando un Modelo de Vida, alrededor del cual hemos concebido una Doctrina a la que nuestras conciencias han llamado Afectología.

La Afectología es una Doctrina con la cual podemos aprehender a Vivir y Convivir. Esta inspirada en la vida y convivencia que han llevado un hombre y una mujer que son nuestros modelos: Imelda y Silvino. Padres de Luz Adriana y quienes me adoptaron en su hogar.

La Vida nos reveló que ellos son nuestro Modelo de Vida. Esto es, nuestro Modelo de pareja, de padres y de trabajadores. Ellos son nuestros verdaderos maestros en el Oficio de Vivir y Convivir. Aunque lo intuíamos, tardamos tres años en ser plenamente conscientes de ello. Estábamos buscando maestros por fuera, cuando los teníamos en casa, viviendo y conviviendo con nosotros. Bastaba con escucharlos, observarlos, en una palabra: Valorarlos.

Cuando tomamos conciencia de esto, literalmente nuestros corazones se llenaron de una inmensa alegría. Dicha que vino acompañada por la revelación de la Afectologia. Termino que volvió a nuestra mente colectiva el pasado 31 de octubre mientras nos compartíamos con Patito, Marleny y Conny.  Y digo volvió porque ya se había cruzado por nuestro camino meses atrás, sin decirnos mucho en ese momento.

Esta revelación era la pieza que le faltaba al rompecabezas que empezamos a armar hace tres años. De hecho, cada vez que encontrábamos una nueva pieza creíamos que la figura estaba armada, pero al mismo tiempo, intuíamos que algo faltaba. Hoy la sensación es completamente diferente. Y si esto es así, se tendrá que ver reflejado en la producción de relatos, el trabajo constante y por ende la consecución continua de recursos: más y mejores vínculos afectivos; más y mejores comprensiones del sistema afectivo humano; más y mejores ingresos económicos. Este será el indicador de que llegamos a un punto crucial de nuestro viaje. De no ser así, también será un claro indicador de que nos estamos autoengañando. Cualquiera sea el caso, lo importante es que nuestras conciencias están despertando. Y eso, es lo que finalmente importa: despertar.

De modo pues que este es el día cero en la historia de la Afectologia. Un relato que  ha llegado a nuestra conciencia para darle Estructura a nuestra existencia, para aprehender a Vivir y Convivir; para satisfacer nuestra necesidad vital de Comunidad; para comprender el Significado de nuestra vida.

Como todo relato se escribirá a diario. Se irá mostrando y explicando a partir de nuestras propias vivencias, de las reflexiones y experiencias que dichas vivencias nos dejen. Nuestro rol, además de vivir la Vida, será aprehender de ella, escucharla, observarla, leerla, sentirla y compartirla.

Hemos por fin comprendido que la mayor Maestra de la existencia es la Vida. Y que si le prestamos atención podremos ser unos buenos Aprehendices. Y que si somos aplicados podremos algún día llegar a ser unos útiles Tutores.